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¿QUÉ LECCIÓN APRENDÍ?

Patricia Díaz, 9 de Mayo, 2021

Expresión plástica era la asignatura donde los estudiantes mechones de diseño mostrábamos nuestro talento para dibujar y pintar.

Aptitudes que nos hacía destacar entre los compañeros de curso en nuestros respectivos colegios. Pero en la Universidad, al profe Quiquincha eso no le importaba. Con su particular estilo nos bajaba del Olimpo al corregir nuestros errores ante todos.
En aquellos años nadie cuestionaba la metodología de los profes y aunque a veces fuese humillante o subjetiva, hubo una lección que mantengo latente.

Si bien nos han enseñado que a partir de los 3 colores primarios, podemos obtener el resto de tonos, fue en esa asignatura que lo pusimos en práctica.
En el primer ejercicio todos pintamos varios objetos sobre la mesa de la sala. Usamos lápices azul Prusia, rojo carmín y amarillo cadmio. No recuerdo mi calificación, y aunque la perspectiva de la mesa no estaba bien, logré el objetivo principal.

En el segundo ejercicio debíamos pintar a un personaje conocido. Escogí al “Chino” Ríos que ya era Top Ten y su rostro aparecía en casi todos los medios de comunicación, excepto en las revistas de papel couché, hasta ese momento.

Encontré la foto del chino en la TV grama, una revista quincenal de formato pequeño y papel similar al roneo, cuya impresión de cuatricromía no era precisa y el punto de color parecía “reventado”. Todo lo contrario a las revistas de papel couché, que se destacan por su formato grande y fotografías nítidas. Casi no puedes distinguir los puntos de la cuatricromía porque son pequeños y calzan bien.

El dibujo me quedó bien (se parecía al Chino) pero obtuve mala calificación. Y culpé al personaje, cuyo “carisma” no era del agrado del profe, pues ni se comparaba a los elegidos por mis compañeros: Lady Di,Gandhi, Einstein.

Lo cierto es que me basé en una imagen de mala calidad, por eso mi dibujo se veía saturado y sucio… Ah! pero yo a toda cosa quería dibujarlo a él.

¿Qué lección aprendí?
Aprendí que nada bueno puede resultar si tienes un mal modelo a seguir. Y esto tenemos que aplicarlo a todos los aspectos de la vida. A veces uno se empeña en elegir lo que no cumple con ciertos parámetros, a sabiendas que hay mejores opciones… y en el camino ya no hay arreglo.

 

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